El Vengador Justiciero

El Vengador Justiciero

sábado, 27 de marzo de 2010

Max, viejo amigo, Descansa en Paz

Nuestro amigo Max ha muerto, y nosotros lo hemos matado.

oso sediento

éste era Max.

Con este porte y tamaño, es difícil de olvidar para cualquiera que lo haya conocido.

Resulta pertinente, como libro, y en relación con lo comentado en este post, el impresionante relato de Daniel Keyes, “Flores Para Algernon”. Su lectura es imprescindible y muy aconsejable.

A estos efectos, os ruego que consultéis:

http://www.4shared.com/file/250657546/ba5970fc/F_Para_A.html

No os arrepentiréis.

Pero al tiempo que rendimos tributo a este gigante que fue amigo nuestro, por los buenos e inolvidables momentos que pasamos juntos, no puede olvidarse tampoco lo terrible y difícil que fue convivir con él los últimos años, pues su enfermedad iba haciendo mella cada vez más profunda en su cerebro y ya iba quedando sólo una sombra de lo que inicialmente fue.

Sirva esto para denunciar y condenar a esos “criadores” que, en virtud de la endogamia y el negocio, permiten que estos seres vivos que se convierten en amigos entrañables nuestros tengan que afrontar una pesadilla en sus vidas. Y, consecuentemente, nosotros también por el sufrimiento que ocasiona verlos palidecer y agonizar… hasta tener que afrontar el destino de convertirnos en su némesis, en los artífices de su muerte simplemente para evitar que la agonía sea ya insoportable tanto para Max como para nosotros.

Con todo mi corazón, espero que esas personas que son los responsables últimos del sufrimiento que causan a otros, ardan perennemente en el infierno de su brutalidad y avaricia. Al fin y al cabo, a todos nos llega el momento de encarar el pago de nuestro particular tributo a la vida y por la vida.

Descansa en Paz, amigo Max –Norman de Pichera-. La teología canónica parece que te niega un Cielo o un Paraíso, pero nosotros no te los negamos. Si tal cosa existe, tú deberías estar allí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario